Hoy en día, en pleno proceso de descarbonización promovido por la Unión Europea somos conscientes de que no todo se puede electrificar. Y es que hay procesos que necesariamente precisan de la potencia instantánea que sólo es capaz de aportar la combustión de un combustible, algo que una fuente renovable no puede hacer a no ser que acumule energía. En este contexto, el hidrógeno verde como combustible para las calderas es la alternativa de futuro.

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